Historia de la Grecia Clásica. Durante la Edad del Bronce (3000-1200 a.C.) se desarrollaron las poderosas
civilizaciones tales como la cicládica, la minoica y la micénica.
La cultura minoica fue en general pacífica. Aún así, fue
una época de continuos conflictos bélicos debidos principalmente
a conflictos comerciales.
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Hacia el siglo XI a.C., la influencia de estas culturas fue decayendo
y los cuatrocientos años siguientes se conocieron como la época
oscura.
Ya por el año 800 a.C., Grecia experimentó un renacimiento
cultural y militar, con el auge de las ciudades-estado:
Atenas, Corinto, Esparta y Tebas. Siendo las más poderosas
Atenas y Esparta.
Tras este período, Grecia tuvo una época de gran prosperidad,
conocida como Edad Clásica o de Oro. Fue entonces cuando
Pericles encargó el Partenón, Sófocles escribió
“Edipo rey” y Sócrates enseñaba a los jóvenes
la lógica. Fue en aquellos tiempos cuando se establecieron las bases
de la democracia. |
Al llegar los años 431-401 a.C., Grecia volvió a decaer debido a
la guerra del Peloponeso, donde los espartanos derrotaron a los
atenienses.
Al finalizar esta guerra, el soberanos de Macedonia, Filipo II, inició
su expansión y conquistó las ciudades-estado fácilmente debido
a su desgaste en la anterior guerra.
Esta expansión fue superada por el hijo de Filipo II, Alejandro Magno,
que restableció la unión de los griegos y conquistó Asia
Menor, Egipto (donde fue proclamado faraón y fundó la ciudad de
Alejandría), Persia y diversas regiones de Afganistán e India.
Alejandro murió a los 33 años, pero esta época de esplendor
continuó durante las tres dinastías siguientes.
Este es el periodo conocido como Helenístico, principalmente
por la fusión de ideas y culturas con otras grandes civilizaciones de la
antigüedad.
La civilización helénica se extendió por la Península
Balcánica, las islas del mar Egeo y las costas de la península de
Anatolia, en la actual Turquía, constituyendo la llamada Hélade.
Esta civilización helénica o griega tiene su origen en las culturas
cretense y micénica.
A partir del año 205 a.C. se produjeron diferentes incursiones romanas.
Y sobre el año 395 a.C. Grecia entró a formar parte del imperio
bizantino.
Ya en 1453, los turcos tomaron la capital del imperio, Constantinopla,
y alrededor del 1500 la mayor parte de Grecia estaba bajo su control.
A finales del siglo XVIII se produjo un renacimiento cultural de tendencia nacionalista
que propició el estallido de la guerra de independencia (1821-1832). Sin
embargo, el movimiento independentista carecía de unidad y en 1827 Rusia,
Francia y Gran Bretaña decidieron intervenir en su ayuda. Grecia se constituyó
en un reino y el príncipe Otón de Baviera ocupó el trono
en 1833. A pesar de la oposición popular, la autoridad real se mantuvo
en el poder hasta el siglo XX. Ya en 1864, Jorge I aprobó una nueva constitución
en la que se estableció el sufragio universal y en la que limitaba los
derechos del soberano.
Durante la I Guerra Mundial, los griegos lucharon junto a los aliados y ocuparon
Tracia.
Durante la II Guerra Mundial, Grecia impidió la invasión de las
tropas italianas en octubre de 1940, pero seis meses más tarde cayó
bajo el dominio alemán. Los movimientos de resistencia se dividieron en
dos grupos, los monárquicos y los comunistas.
Esto desembocó en la guerra civil que se prolongó hasta 1949, año
en el que los monárquicos se alzaron con la victoria.
Durante este periodo, Estados Unidos aplicó la Doctrina Truman, otorgando
amplias sumas de dinero al gobierno anticomunista.
En 1981 Grecia entró a formar parte de la Comunidad Europea (actual Unión
Europea).
Grecia entró en la UE a principios de 2001 y adoptó el euro como
moneda un año más tarde. En 2004 Atenas fue elegida para celebrar
los Juegos Olímpicos.
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